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La colección de María Josefa Huarte
El Museo de Bellas Artes de Bilbao inaugura el 14 de julio una exposición de la colección del Museo Universidad de Navarra. La muestra se podrá visitar hasta el 12 de octubre.
Esta exposición tiene para mí una significación muy especial, pues tuve la fortuna de impulsar como Rector el proyecto inicial en torno a la donación de María Josefa Huarte a la Universidad de Navarra.
Esta es la primera ocasión en la que la colección viaja fuera de la que es ya su casa, el Museo Universidad de Navarra. Un viaje que sería del agrado de María Josefa. El objetivo de su mecenazgo fue apoyar la creación artística y la belleza; el de su donación, brindar a todas las personas la posibilidad de vivir la experiencia única de encontrarse frente a una obra de arte.
Esta colección nace de la mano de una mujer excepcional, con una marcada personalidad, delicada y generosa. La elección de cada pieza fue fruto, la mayor parte de las veces, de un flechazo, de una relación íntima entre ella y la obra de arte. Todas convivieron con la familia en un entorno doméstico antes de ser donadas para su disfrute por toda la sociedad.
Esa relación cotidiana, íntima, dota al conjunto de un espíritu tan personal como explícito. La colección, cada una de sus piezas, es la elección consciente de una mujer culta que apreciaba el arte no sólo por su belleza, sino por su poder transformador. El arte como fuente de disfrute, parte del hogar, y también como parte de su vocación de servicio a la sociedad.
La donación transformó una colección privada en pública y la vinculó a la misión de investigación, docencia y difusión del Museo Universidad de Navarra.
María Josefa Huarte, acompañada siempre por su marido, Javier Vidal, dedicó gran parte de su vida y de su energía a dos grandes proyectos: la asociación Nuevo Futuro y su personal colección de arte. Ambos proyectos siguen hoy, tal y como ella quería, al servicio de la sociedad.
Gracias a la colaboración entre el Museo Universidad de Navarra y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la colección se abre a un número aún mayor de personas y lo hace desde una nueva mirada. La disposición de las obras, la magnífica labor de comisariado realizada en esta muestra nos ofrece la posibilidad de contemplarla desde una perspectiva diferente.
Como quien hace mudanza, las obras se adaptan a un nuevo entorno y, de la mano de su comisario, adquieren nuevos significados para seguir enriqueciendo, como María Josefa Huarte hubiera querido, la vida de las personas.
