MUN
MUN

Arte / Campus Creativo

La orquesta joven en el panorama del Covid-19


Un texto de Borja Quintas, Director de la Orquesta Sinfónica Universidad de Navarra

¿Es posible utilizar medios telemáticos para mantener la actividad de una orquesta?

En este mes de confinamiento que llevamos en España hemos explorado, como no lo habíamos hecho en 20 años, las posibilidades de la educación on-line y las diferentes plataformas telemáticas para la transmisión de conocimientos.

Los medios on-line, nuevos recursos

En algunos casos, nos hemos llevado verdaderas sorpresas gratas, encontrando posibilidades que nunca antes nos habíamos planteado o ante las que habíamos sido muy escépticos.  Hemos descubierto programas nuevos, aplicaciones específicas y toda una serie de herramientas cuyo objetivo es minimizar el enorme vacío que se produce al salir del aula.

en la imagen, tomada desde detrás, la nuca de una violinista que toca su partitura
Una violinista toca su partitura. Foto @Manuel Castells

Prácticamente todas las actividades docentes en el mundo de la música han encontrado una manera de avanzar desde nuestras casas y separados de nuestros alumnos:  En el caso de asignaturas teóricas mediante la impartición de clases en plataformas on-line, y en las asignaturas prácticas mediante los registros sonoros, los ejemplos on-line y el seguimiento periódico.  En todos los casos se echa de menos la presencia física, por el dinamismo que aporta y, sobre todo, por la posibilidad que ofrece de “tomar la temperatura” del alumnado y poder adaptar el curso de la actividad en tiempo real, pero se ha podido avanzar para no abocar al alumnado a una parada que hubiera sido de 6 meses y que un músico no se puede permitir.

No obstante, nos hemos topado con una limitación en estas actividades: la práctica de la música de conjunto, que se lleva a cabo en la música de cámara y en la actividad orquestal.  Dado que la actividad es precisamente “conjuntar” distintos músicos, el hecho de que estos se encuentran alejados lo hace imposible.  Y cuanto mayor el número, más complicado.

En la fotografía, la sección de viento de la orquesta Universidad de Navarra. Varios trombones tocan una pieza bajo la dirección de Borja Quintas
Sección de viento Orquesta Sinfónica UNAV. Fotografía @Manuel Castells

Se han intentado plantear actividades sustitutorias: reforzar la preparación individual tutelada, profundizar y ampliar repertorio…  Por otro lado, se han llevado a cabo proyectos interesantísimos de conciertos y grabaciones interpretando o grabando por separado y juntando las pistas en estudio.  Estas actividades han sido realizadas por muchas agrupaciones, jóvenes y profesionales, a lo largo del territorio español, trayendo esperanza y alegría a un público ya sediento de artes escénicas y al mismo tiempo juntando a los miembros de las agrupaciones ahora que no pueden ensayar.

Pero todo esto no es más que un consuelo (muy bonito, ¡eso sí!) pues se trata de una búsqueda desesperada de la solución imposible: la música en conjunto, y como arte escénica que es, se produce por la combinación en tiempo real de la energía de los presentes.  Es precisamente esto lo que enseñamos en una orquesta joven: a verter tu talento y preparación personal en un proyecto colectivo que sólo existe con la suma de todos.

La necesidad de interacción

Es precisamente esta interacción real la que justifica que una actividad como la orquesta exista: la vivencia del directo, la emoción del sonido que jamás suena igual dos veces, y el producto tan rico y complejo que resulta de la unión de tantas sensibilidades diferentes en un momento concreto.  Ello posibilita la característica esencial de las artes escénicas: la flexibilidad.  Por eso las grabaciones discográficos nunca han desbancando al concierto.  Un solista podría llegar a hacer una actuación on-line en directo, pero una agrupación jamás.

En el caso de una orquesta joven, el problema va incluso más allá, porque la actividad no sólo se nutre del ensayo físico y la práctica musical, sino de la convivencia de sus miembros y la participación vital y física en un mismo proceso.

en la imagen los miembros de la orquesta sinfónica Universidad de Navarra tocan una pieza bajo la direccion de Borja Quintas.
La Orquesta, un proyecto artístico común. Fotografía @Manuel Castells

Importa no sólo la presencia y el roce, sino la interacción y el enriquecimiento mutuo que se produce tanto en los ensayos como en los descansos, las reflexiones posteriores o las impresiones sentados a la mesa.  Eso que hace que los jóvenes se encuentren en un ambiente creativo-formativo y aprovechen esa ola para encontrarse entre sí y fundirse en el proyecto artístico común.

Ningún avance tecnológico puede acercar a los jóvenes entre sí como esa presencia física, proceso físico y proyecto físico, que es participar en una orquesta joven.

Borja Quintas
Director Orquesta Sinfónica Universidad de Navarra